Hoy hace justamente 29 años que creamos la Sagardo-Bira Home Page, y además celebramos el fin del XXX Aniversario de la I Sagardo-Bira yendo a una sidrería en la que no habíamos coincidido los asistentes. Con esta visita Edu llega a las 7 sidrerías en una temporada, cosa que no hacía desde 1997, número aún así bajo para el récord absoluto de Nesss en 2011, con 11 sidrerías, y el del propio Edu en 1996, con 15 sidrerías (si, vino ganoso tras un año en yankeelandia y perderse las de la II Sagardo Bira).
Asistentes: Johnny, Edu y Nesss
Tras un breve cura en el talón del pie derecho de Edu (dañado tras su visita esa mañana a la Kontxa, aunque lo descubre al despertar de la siesta), salimos y atravesamos la Zona Zero de Hernani (el Kaxko), hasta las trancas de borrachos y despedidas, con mucha gente, y en gran parte disfrazada. En ZinkoEnea, tras aguantar el pestuzo a meaos de los urinarios portátiles y sorprendernos con las hordas de tíos que venían de Astigarraga por el puente, pillamos el bus de las 19:30 hacia Astigarraga. Una vez allí, llegamos a la quedada en el Ekaitz, donde una panda de morroskos maduritos bloquean el paso, siendo apartado uno de ellos al pasar Edu pues no se apartaban (la sidra y los cubatas les habrían bloqueado los sentidos). Tras comentarle el obstáculo a Nesss que pasó detrás, otro de la misma panda se nos acerca para ver si hablábamos de él por un cruce de miradas. Pues sí que están borrachos y exaltados, pero la sangre no llega al río. Luego el mismo se golpea el pecho a lo orangután y juega con una silla, lo que hace el alcohol...
Entretanto, Johnny llega por fin en un bus con el chófer desquiciado (conducir toda la tarde con los buses llenos de borrachos debe volver loco a cualquiera) y se nos une en el Zipotza, donde les cuenta que viene algo magullado por una caída esa mañana. Echamos la espuela en el Sagartxo, más tranquilo que los bares de la Kale Nagusia llenos de borrachos. Al pasar por la plaza camino a Rezola, recordamos una vez más la pérdida que supuso tirar la casa donde estaban el Matxa y el Migeltxo; ya no los distinguimos, ¿Cuál era el del futbolín?
De comer, tres puntas de chorizo cocido, una tortilla de bakalao jugosa con algo de pimienta picante (que a Edu le cuesta detectar en sus trozos), tres trozos de bakalao de buen tamaño, blanquitos, bien cubiertos de pimiento verde y algo de pimiento rojo, que no fue del gusto de Nesss y Jonnhie (quien básicamente dejó casi entero su trozo); sí que es verdad que seguramente algún trozo estaba desalado de más. Tras pararles el ritmo e indicarles que no nos hicieran la txuleta hasta avisarles (hay que indicar que lo hicieron correctamente, no como en otros sitios), nos ponen un txuletón de brontosaurio (doble altura de hueso con respecto a lo habitual, unos cuatro dedos), que ya venía cortado, pero la verdad es que muy jugoso y de excelente sabor (en la última visita a esta sidrería Edu no tuvo tanta suerte con la carne); dado que Johnnie ya andaba sin apetito, acabó tocando a bastante para los otros dos, habiendo incluso concierto de armónica tras pedir que la recalentaran un poco, y no hubo necesidad de segundo txuletón. De postre, un trozako de queso para cortar al gusto (lo cual agrada a Edu), otro trozo de membrillo y un gran cesto de nueces que no pudimos ni mediar (y es que no comimos poco antes del postre) pero que nos llenaron los bolsillos para una posible recena, junto con la media barra de pan sobrante. Como a Nesss le costaba decirle que no a la camarera, acaba pidiendo tres chupitos de patxaran (y casi también caen los cafés) ante las protestas de Edu, con lo que la factura es de 127,50€ en total: 40€ cada menú (no lo vemos mal por la cantidad de comida) y 2,50 euros cada chupito.
Nada más entrar, Nesss encuentra a una de Mondra conocida en la mesa de al lado, que la componen una selección de gente talludita del valle de Léniz, Oñati, Bergara, etc. A la derecha, una mesa de mañas con camisetas de la despedida de soltero de Los Javis, disfrazados con tutús, Más tarde llegó otra cuadrilla a la mesa de al lado suyo, con una selección de jóvenes locales, de Donostia/Astigarraga/Hernani/etc, celebrando varios cumpleaños.
La camarera avisa en el pasillo de las kupelas cuando nos deja el aperitivo en la mesa y que dará el encargo de que vayan preparando la tortilla. Dado que no vamos al momento a comer los chorizos, y que la muchacha sigue con el ritmo acelerado que nos topamos los últimos años en las sidrerías, antes de hincar el diente a los chorizos, ya nos planta la tortilla al lado. Falta grave. Tampoco da mucho margen de tiempo desde que acabamos la tortilla hasta que nos trae el bakalao. Edu se va directo hacia ella para decirle que ya avisaremos para que nos hagan la carne, a lo que no pone ningún problema ni cara rara. El jefe Rezola aparece en un momento y se va una puerta lateral.
La peña maña de Los Javis se hizo notar, aunque muchas ni se movieron de la mesa, ya estaban chispas desde que llegaron, y luego empeoraron. Johnny pregunta a Edu si todas las chicas de Zaragoza son tan, ejem, anchas como las que iban a la zona de las kupelas, pero Edu lo niega, destacándole otras de la misma mesa, de otras hechuras. La de ojos bonitos pregunta a Edu que por qué no nos sentamos y Edu le aclara que somos de cuando no había bancos en las sidrerías. Uno de los Javis bebe a morro de una kupela y la camarera no le dice nada, pero cuando se ponen a bailar al estilo Día del Orgullo, con su altavoz a tope, encima de una de las mesas vacías, el txotxero les llama al orden para que se calmen y se bajen. Del otro grupo de jóvenes, destaca el del Donosti centro, que se hizo notar cada vez más hasta que, al final, quedó hecho un monigote, y sus amigos se lo tienen que llevar a rastras de la sidrería. Nesss detecta en ese grupo a un ex-alumno suyo. La de Antziola en Hernani, sale mucho fuera, entendemos que a fumar una y otra vez. Johnny también visita esa zona demasiadas veces; luego, claro, no nos comía bien. Al final, el del centro de Donostia quedó hecho un monigote, y sus amigos se lo tienen que llevar enganchado, levantándole la mano como a un muñeco para que nos saludara al pasar. Por acabar con el tercer grupo, los de la mesa contigua a la nuestra, la interacción con la selección del río Deba y afluentes fue poca; alguna foto de Nesss y su conocida, y casi para ya de contar. El pelotxo tenía un look que ya había caducado en los 80.
Le pagamos a Rezola jefe, y luego la camarera nos dice que la próxima vez les digamos al hacer la reserva que comeremos de pie, para ponernos una mesa alta, pero les decimos que no, que nos gustan las mesa normales.
¡Y así damos por cerrada la temporada de 2024!